Representar al país, en las circunstancias que sean, puede ser uno de los sueños o fantasías más movilizantes para cualquiera que haya visto, por televisión o desde alguna tribuna, entonar el Himno u ondear la bandera Argentina.
Esta sensación se hace más fuerte si, además, esta participación es en forma amateur. Estar ahí “por los colores”, por ser parte de un grupo selecto que se ha ganado la posibilidad de competir ante otros países.
Esta chance, por el nivel de competitividad que se acrecienta año a año, la tienen muchas jugadoras y jugadores de Córdoba que logran –en parejas o por equipo- no sólo representar sino obtener títulos para Argentina en torneos internacionales.
En los dos últimos años, dos clubes cordobeses trajeron el título en los Panamericanos de Clubes que se disputaron en Chile, con la participación del Club Los Troncos y el de Paraguay en 2023, con la representación de 5ta Proo.
En ambos torneos Gabriela Pangos (44 años – 3ra categoría) estuvo presente y reafirma que “es hermoso representar a nuestro país. Son experiencias únicas que agradezco vivir y compartir,”, al tiempo que destaca que “cada jugador tiene sus logros y objetivos personales, y cada torneo es una superación de muchas cosas”.
Paola Marengo (42 años – 3ra categoría) coincide y agrega que “esta bueno ser parte de un grupo y representar a la Argentina desde nuestro lugar, desde un lado amateur”, dejando tiempo y ocupaciones para poder cumplir con estos desafíos.
Esta satisfacción, para Milton Amaral (27 años – 6ta categoría) se suma a “la imagen de jugadores de primera o segunda categoría, que tienen una muy buena trayectoria en el pádel profesional, aplaudiendo y felicitando los puntos a nosotros, los de menor categoría. Es algo que no te pasa muy seguido en la vida”.
Complemento de obligaciones
Para los tres, jugar al pádel forma parte de su vida habitual y se conjuga con las actividades profesionales o de estudios.
“Entrenamientos y turnos después de las 18.00 y torneos solo los fines de semana que no hay exámenes el lunes o martes siguiente”, comenta Milton, estudiante de ingeniería agrónoma y empleado en una empresa privada.
Para Paola, jugar es “un cable a tierra y se hace cuando se puede. Siempre estoy con mucho trabajo” en su profesión de Escribana, pero se crean los tiempos “para jugar algún turno o un torneo” los fines de semana.
Por su parte, para Gabriela, ingeniera industrial y profesora de pádel, es “mi actividad física principal, junto con el gimnasio. Le destino dos horas semanales si o si para jugar, más un torneo por mes, si se puede más mejor”.
La familia es fundamental
Por último, otro aspecto en el que coinciden es en la importancia del apoyo familiar para poder entrenar y competir, tanto en torneos locales como en viajes al exterior.
“El acompañamiento familiar es fundamental. Por lo menos en mi caso, mi marido y mi hijo me bancan mucho cuando me tocó irme a algún Panamericano, los fines de semanas que hay torneo”, comienza Paola, mientras que Gabriela coincide en que ese apoyo “es importantísimo, más aún en el pádel femenino”.
Milton, por su lado, destaca que fue gracias a su hermano que comenzó a jugar. “Me regaló una paleta y hoy juguemos en la misma categoría, es súper reconfortante”, asegura.
Altas expectativas
Todos reafirman que seguirán participando de competencias y buscando representar a los clubes o selecciones.
“Siempre Argentina va con un poco más de nivel que otros países. Los últimos años se ha demostrado que es así, entonces las expectativas son muchas cuando uno clasifica para un Panamericano”, asegura Paola.
Milton, recuerda de su experiencia en Paraguay que “en boca de todos de escuchaba que Argentina era el favorito. Por eso sentía una tranquilidad de que no había que demostrarle nada a nadie, solo jugar a lo nuestro y que eso nos iba a dejar muy bien parados. El equipo que llevamos era tremendo, no podía fallar”. Y, para Gabriela, el jugar al pádel “hace q me sienta muy conforme y feliz de estar donde estoy. Compartir torneos con chicos que están empezando y juegan menores pero viajan con nosotros a jugar interclubes formando parte del mismo equipo es hermoso. Ellos que seguramente van a ser el futuro del pádel. Agradezco y disfruto muchísimo, sigo aprendiendo de ellos y seguramente ellos de nosotros”, concluye.
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