“De España a la Argentina que meneo, que vaivén, que ajetreo, qué mareo”… canta Joaquín Sabina en Dieguitos y Mafaldas, uno de sus himnos más cantados y es lo que pudo haber pensado Cristina Casares cuando, con su familia, emprendió el viaje desde su país natal para radicarse en Córdoba.
La travesía, iniciada por razones laborales de su esposo, le traería experiencias, amistades y una nueva pasión, el pádel, que se lleva de regreso a Madrid porque las vueltas de la vida los lleva de vuelta al viejo continente.
“Llegamos completamente solos. Mi marido, mis 4 hijos y yo” recuerda Cristina y destaca que “nos daba pereza porque no conocíamos ni Córdoba, ni nadie aquí”, cuando arribaron a comienzos de febrero del 2018.
La idea familiar, comenta, era permanecer por 2 o 3 años pero “nos quedamos seis y eso es porque hemos estado muy felices acá” ya que “desde el principio la gente nos acogió muy bien y nos hizo sentir como en casa”.
En el medio, la pandemia los encontró lejos de su familia y “eso fue muy duro. Cuando pudimos viajar, lo hicimos para visitarlos”. Sin embargo, lo mejor estaría por venir.


Cuando comenzó a flexibilizarse los límites de la cuarentena, Cristina recuerda que construyeron “unas canchas de pádel al lado de mi casa que, cada vez que salía o entraba, eso hizo que un buen día me anotase para tomar clases” para retomar lo “poco que había jugado en España”.
“Conocí tantas personas maravillosas que eso me hizo engancharme a este deporte porque disfrutábamos de jugar, las charlas, las risas” en el tercer tiempo, lo que reafirma la condición de sociabilización que tiene el pádel desde su nueva irrupción.
“Hemos hecho muchísimos amigos aquí, que siempre vamos a tener presente”, agrega.
Ahora, con las valijas casi listas para volver no ya de “González Catán a Tirso de Molina”, sino desde nuestra ciudad, Cristina espera que “cuando vuelva ahora a España, que seguiré jugando al pádel, pueda encontrar la misma calidez que me encontré aquí”.
“En su momento fue una decisión difícil venirnos aquí y hoy digo que fue la mejor decisión que tome”, concluye Cristina.
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