Cuando era niño –no existía el padel aún- jugaba al básquet en un club de mi ciudad natal que, en su mural de entrada, tenía pintada la silueta de un jugador lanzando al aro con la leyenda en latín “mens sana in corpore sano”.
Esa frase nos recibía cada vez que llegábamos al gimnasio del Club Luis Luciano, en la localidad de Urdinarrain (Entre Ríos) y me ha quedado grabada hasta hoy para significar la importancia de practicar deportes desde la primera edad.
En este camino están los hermanos Felicitas y Lorenzo Siage, de 10 y 8 años, que encontraron en el pádel un deporte donde desarrollarse con el apoyo constante de sus padres, que incentivan y dedican su atención para que los chicos puedan divertirse.
“Feli” y “Lolo” viven con sus padres en Río Tercero donde, después que se habilitó la práctica deportiva post pandemia “comenzaron en una escuelita de pádel y después también a tomar clases particulares” cuenta Jéssica Recchioni, la mamá.
Aunque, previamente, ya ambos “se metían en las canchas cuando su papá organizaba torneos en La Pampa”, tomando la iniciativa para aprender a pegar y a moverse dentro de la cancha.
Esta conjunción de mente y cuerpo sano también se complementa con la dedicación y el acompañamiento de la escuela donde concurren ya que ambos participan regularmente de los selectivos de menores que organiza la Asociación Argentina de Pádel.
“La escuela los apoya mucho pero estamos siempre detrás. Son exigentes para que tengamos toda la tarea (cuando faltan por viajar a torneos) y, por suerte les va muy bien a los dos” asegura Jéssica.
Diversión y competencia
Desde el año pasado, ambos comenzaron a viajar a la ciudad de Córdoba cada vez que se organizaba algún torneo selectivo, con resultados que los motivan a seguir adelante.
“Felicitas, en su primer selectivo, salió campeona con una compañera y ganaron también el segundo”, cuenta su mamá, a la vez que destaca que, en el 2023, fue seleccionada para jugar el Mundial de Menores por parejas, que se desarrolló en Asunción, Paraguay. “Fue una linda experiencia para ella”.
“En el caso de Lolo, con 8 años compite en los sub-12 contra chicos más grandes que tienen más ventaja. Pero lo anotamos para que participe, ya el próximo año comenzará a competir más”, agrega.
Asimismo, Jéssica recuerda que, en el primer torneo de menores que ambos jugaron en Córdoba los encontró como rivales en la final. Esa vez, con 9 y 7 años, Lolo se llevó el título. “Para nosotros, como papás, fue duro porque el que perdía, sabíamos que se iba a quedar llorando, pero fue una muy linda experiencia” que ambos pudieran llegar a esa instancia.
Actualmente, los dos toman clases particulares con el profesor Claudio “Kiko” Gomes, en Río Tercero, para continuar con su aprendizaje. “Kiko, además de ser un excelente profesional, se preocupa mucho por los nenes, como si fuese de la familia y eso, para nosotros, es muy importante” porque los acompaña en todos los momentos.
Con miras al futuro, “su sueño máximo es jugar en España”, concluye la mamá “y vamos a hacer todo lo posible para que se haga realidad”.
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