En el padel, son muchas las circunstancias que pueden darse durante un punto pero solamente una depende exclusivamente de un jugador. Esa instancia es el saque y, cada vez este golpe está adquiriendo mayor importancia.
Ya no es sólo pasar la pelota para poner el punto en juego, sino que se convierte en un factor de presión al rival y, desde donde, preparar el desarrollo de la jugada. Es el golpe donde no hay más incidencias que la que decida el sacador.
Por este motivo, para aprender y desarrollar el nivel, hay que tener en cuenta algunos aspectos para mejorar el saque.
Primero, los aspectos reglamentarios. Al momento de ejecutar, el jugador deberá tener los dos pies apoyados detrás de la línea de saque. El golpe debe efectuarse después de un pique en el piso y, la altura, no deberá sobrepasar la línea de la cintura del jugador. La dirección de la pelota deberá ser en forma diagonal y deberá picar del campo adversario, dentro del cuadro delimitado y sin que la pelota toque la reja.
Dicho esto, a jugar y a buscar variantes. La decisión dependerá de la situación del juego y lo que el jugador considere pertinente para ese momento. Sin embargo, es importante tener en cuenta las variantes que pueden surgir de un buen servicio.
Contra la pared lateral o a la T, al cuerpo del jugador, con más o menos efecto, jugar profundo o corto. Estas cosas hay que tener claro y con una decisión antes de golpear y coordinado con el compañero. Variar fuerza y dirección durante una sesión de saques es importante para generar confusión en los rivales.
Todo se aprende y se desarrolla con la práctica. Por eso, el mejor consejo es. Arriesga, juega y diviértete desde el saque.
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