Bastante se ha hablado sobre los puntos sensibles a cuidar cuando se practican deportes aun cuando se haga de forma amateur y por diversión. El padel no es la excepción y, con sus características por el tipo de superficie, merece tenerse en cuenta el tipo de calzado que se utilizará para jugar.
En sus inicios, las pistas de padel eran de cemento (aun quedan algunas, es verdad) pero con la nueva explosión de este deportes, proliferaron las canchas de césped sintético, en diferentes calidades.
Obviamente, ambas superficies plantean situaciones diferentes pero, dado que la gran mayoría de los Clubes ya cuentan con las canchas modernas de césped, vamos a centrarnos en éstas para este post.
Lo primero a tener en cuenta es que el calzado –también incluye las medias y un buen vendaje de tobillos- tienen que ser cómodos en el úso. Esas zapatillas que no se sienten al jugar, son las mejores (más allá del precio o los materiales).
Dicho esto, la atención tiene que estar puesta en la suela del calzado. Las canchas, para proteger y extender la vida útil del sintético, se riegan con arena lo que las vuelve más resbaladizas.
Aquí, una vez más, dependerá de la calidad del césped y de la cantidad de arena que la cancha tenga. Pero, en ambos casos, lo importante para evitar lesiones y poder disfrutar sin distracciones del juego es que la suela.
En general, existen de 3 tipos. Espiga, Omni o Mixta. La primera, es aquella que tiene forma de zurcos en diagonal, continuos, por toda la superficie. Este tipo de suela se encuentra en la mayoría de las marcas de zapatillas para tenis/padel.
En el modelo Omni, el dibujo presenta como pequeños puntos por toda la suela. Fue uno de los primeros tipos en zapatillas para padel y responden bien en pistas con arena acumulada.
Por último, el sistema mixto, combina ambos tipos, repartidos en las diferentes partes de la suela para adaptar mejor el agarre y despegue de la zapatilla en las diferentes superficies.
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